domingo, 6 de diciembre de 2009

Catorce de Febrero

Buenos Aires me recibió una noche de verano sin lluvia. Gente en las calles, veredas rotas, calor abrumador. Corrientes está igual que siempre. Vendedores ambulantes, personas pidiendo dinero, otras durmiendo en el suelo. Un saxofonista toca una melodía. Una canción brasilera que recuerdo haber escuchado en una telenovela.

En el restaurante, papá y yo comemos una pizza. A donde mire hay parejas de jóvenes enamorados. Yo con mi padre. Sentados frente a frente. Comemos en silencio. Estamos cansados por el viaje. A penas si hablamos entre bocado y bocado. A nuestro alrededor las parejas hablan, se miran, se besan. No tuvo que pasar mucho tiempo para entenderlo.

Me pregunto si ya te habrás dado cuenta de que no estoy. Me gustó eso que dijiste en el hotel la última noche. Algo así como que no creías que me fuera a ir. Me hizo pensar que es como cuando alguien muere. Uno piensa que nunca sucedió y que un día cualquiera podría cruzarse con esa persona en la calle.