jueves, 23 de julio de 2009

Prosas Apátridas de Julio Ramón Ribeyro

Mi gato negro y yo, en esta noche lluviosa de verano. La pieza silenciosa. Uno que otro carro se desliza por la calzada húmeda. El barrio duerme, pero mi gato y yo velamos, nos resistimos a dar por concluida la jornada, sin haber hecho nada, al menos yo, que la justifique, que la dote de significación y la diferencie de otras, igualmente parsimoniosas y vacías. Quizás por eso escribo páginas como ésta, para dejar señales, pequeñas trazas de días que no merecerían figurar en la memoria de nadie. En cada una de las letras que escribo está enhebrado el tiempo, mi tiempo, la trama de mi vida, que otros descifrarán como el dibujo en la alfombra.

sábado, 18 de julio de 2009

Es lo que hay

27 años y mudarme de país bastaron para darme cuenta de que soy una persona aburrida. Me gustan las cosas simples y toda esa teoría que menos es más. Me gusta simple. Lo que no es lo mismo que ser práctica, ya que soy muy complicada e imposible de tomar una decisión. Aburrida, simple y carente de sentido del humor. Se diría que llegué tarde a la repartición. Me cuesta mucho entender los chistes, entonces digo que no me gustan.

Pensé que el mudarme de país me ayudaría a confrontar ciertos miedos. Aunque no creo en los cambios, es decir uno es como es. "Es lo que hay" como decía el estampado de un polo que vi en Lavalle y prometí comprar.

No me gusta salir mucho (mentiría si dijera que nunca lo hago), las multitudes (salvo en los conciertos), hablar con la gente, tener que preguntar direcciones, líneas de colectivos, la hora. Creo que jamás he preguntado la hora a un desconocido en la calle. Me parece de lo más estúpido. Prefiero usar reloj y volverme esclava del tiempo. No me gusta perderme en la ciudad, mucho menos sola. Conocer gente nueva, las presentaciones, ya sea ante una clase o en un bar, tener que explicar en un lapso de diez minutos , quien eres, que haces, que quieres de la vida, tus sueños y esperanzas de yapa. No le encuentro sentido, nadie te escucha, a nadie le importa, está todo implícito. Igual se sigue haciendo, es como el decir "Buenos días" cada mañana al llegar a la oficina cuando en realidad lo único que quieres es mandar a la mierda a todos.

No soy una chica aventurera, no me gusta viajar, los deportes de alto riesgo, ni conocer nuevos lugares. Lo peor es que no conozco a nadie que diga lo contrario. A todo el mundo le gusta viajar y sentirse rodeado de flora y fauna. Me gustaría que alguien me diga odio viajar, odio la naturaleza (aunque no sea verdad), al menos para variar un poco. Así ya no me sentiría tan estúpida al decirlo en voz alta.

Conclusión: soy una persona aburrida. La próxima vez que me vea ante la clásica pregunta ¿Qué eres? Diré: "Soy aburrida". Y lo mejor es que ni si quiera tengo que esforzarme, es lo bueno de ser por siempre yo.