sábado, 8 de agosto de 2009

La Naissance des pieuvres


Finalmente conocí la tan renombrada sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín. No tramité el pase de estudiante y pagué igual los cómodos ocho pesos de entrada general. Lo que me sorprendió fue que quedara en el décimo piso de dicho establecimiento. No tenía idea de que fuera tan grande el lugar, así que no me quedó otra que tomar el ascensor.

La sala me gustó mucho, tenía los asientos de madera pero en muy buen estado, debo decir, y aunque llegué a la hora, creo, pues no llevaba reloj pensé que no se terminaría llenando. Me equivoqué. Tal vez por ser sábado a la tarde, espero no tener la misma suerte cuando vaya un día de semana. Se está mejor sin tanta gente alrededor.

Todo el tiempo pensaba que la película no estaba nada mal, que a pesar de ser un poco autista no lo era del todo realmente y tenía una historia simple, que a veces es mejor. El tema del despertar sexual, casi siempre al parecer, viene junto del lesbianismo, en el género femenino. Sin embargo lo que me terminó convenciendo fue lo que unía todo al final: La amistad. Eso y que los freaks o loser (digámosle como queramos) sin ofender a nadie siempre se encuentran y deben permanecer juntos.

Todos sabemos que la adolescencia es una etapa jodida, sino la peor, y que los jóvenes cada vez hacen más locuras a cambio de "encajar" en algún grupo, de conectar con alguien. Tal vez así fuera de contexto no se entienda, pero igual quería decirlo. Doy un ejemplo: cuando Marie después de haber pasado la noche con Floriane se roba su basura, se la lleva a su casa y la huele con fervor o cuando Anne se desnuda en el camerino y espera que aparezca Francois para que la encuentre como la primera vez.

Salí un poco afectada, bastante diría yo, pero no triste. Al contrario, creo que me cayó bien ver una buena película. Cuando no los franceses para perturbar a los demás o mejor dicho al espectador.

Por último mientras la gente hacía colas y colas para tomar alguno de los tres ascensores, me dediqué un rato a observar la calle Corrientes y las librerías y cafés desde una altura nunca antes vista y además con un ya casi anochecer alrededor de las siete de la noche o de la tarde como dicen por aquí.

PD: ¿Por qué se titulará "El nacimiento de los pulpos", les dice algo?